Por
Marco Vinicio Flores
NO
ES SÓLO CORRUPCIÓN
La
mayoría de los analistas atribuyen a la corrupción como el factor determinante
en los resultados de las elecciones de gobernadores del pasado 5 de junio. La
corrupción ha provocado la pérdida de confianza en las Instituciones del Estado,
eso es alarmante, no dejo de ponderarlo como un factor importantísimo.
Aún
con su importancia, no podemos ignorar que en los últimos 20 años, la sociedad
ha experimentado cambios exponenciales en su convivencia humana, aunado a ello,
las instituciones del Estado no han evolucionado al mismo ritmo que lo ha hecho
la sociedad.
En otras palabras, la
expansión de la globalización, la movilidad humana (viajar más, flujos
migratorios considerables), la comunicación (internet, redes sociales, más
carreteras, viajes de avión más económicos que antes, etc) y el comparativo de
niveles de vida entre naciones (derivado de más viajes, intercambios
académicos, culturales, etc), han
provocado que los ciudadanos generen expectativas cada vez más exigentes hacia
sus gobiernos, ahora el problema radica también, en que las aspiraciones de la
sociedad han crecido a
más velocidad que la capacidad de cualquier gobierno para satisfacerlas.
Agreguemos,
que los partidos políticos, más allá de representar los intereses de la
población, como verdaderos vehículos de interlocución de las demandas sociales,
están más preocupados por el reparto de los cotos de poder, que por impulsar
una agenda programática a fin a sus causas.
Eso
ya lo hemos discutido bastante, seamos positivos, ¿qué hace falta?
1.
Reestablecer
la confianza en las Instituciones del Estado, a través de un verdadero sistema
anticorrupción, sin regateos, determinante e implacable contra la impunidad.
2.
Reinventar
los partidos políticos, por unos más fuertes, modernos, más democráticos, que
estimulen y faciliten la participación; que sean dignos de la sociedad que
desean gobernar.
3.
Ciudadanos
activos, arquitectos de la nueva democracia, a las que dan forma y vida, no
sólo como sujetos de derechos, sino que se apropien de esos derechos y asuman
sus responsabilidades ante la comunidad.
4.
Corresponsabilidad
de la clase política, independientemente del partido que representen, el
interés central debe ser el progreso y bienestar de su pueblo; el interés
general por encima del interés común.
5.
Más
política: más acción, mejor legislación, que se cumplan propuestas de campaña,
cerrar la brecha del México de ciudadanos y políticos, más representación y participación; más
diálogo.
Ayer Diego Valadez dijo en
referencia al acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, “la
política sirve cuando se pone al servicio de la democracia”.
Si comenzamos con esto,
haremos que la política vuelva a tener sentido, valor y credibilidad; un anhelo
que sólo se logrará con humildad, pero sobre todo con honradez, transparencia y
apertura. La tarea debe ser, regresarle el prestigio a la política, devolver la
política a los ciudadanos, sus legítimos dueños.
Mayor confianza en las
Instituciones, permitirá involucrar más actores en las decisiones del Estado, mayor
legitimidad en las acciones de gobierno, más inversionistas en los proyectos públicos,
incluso hasta aumentar la base tributaria con previa justificación.
Aspiramos a una efectiva
gobernanza que se mida y se juzgue por sus resultados, a través de la eficacia,
calidad y buena orientación de las intervenciones del Gobierno.
La manera en que nos
gobernamos no ha cambiado significativamente, a pesar de la constante
innovación en el mundo actual, ahora es preciso adecuar las instituciones del
Estado a las nuevas realidades. Las innovaciones disruptivas, aún no llegan al
gobierno, los partidos y la participación ciudadana.
No es sólo corrupción el
problema, también es falta de eficacia, es diseño institucional, es el impacto
social de las políticas públicas, falta de política, es el déficit democrático.
Los gobiernos no gobiernan,
porque están fuera de contexto, alejados de la realidad y alejados de sus
gobernados.
Ciro Gómez Leyva, también
ayer en el universal decía “nos salieron malitos”, se refería a los gobernantes
jóvenes que concluyen; Carlos Lozano no es tan joven y de nada sirvieron las
buenas dotes administrativas del gobernador de Aguascalientes, para conservar
al PRI en el Gobierno Estatal, algo similar ocurrió el año pasado con Pepe
Calzada en Querétaro.
La política debe renovar
métodos, ir al encuentro de la ciudadanía, recuperar la eficacia, buena
conducción de la sociedad y regresar al trabajo de base comunitaria, donde
radica nuestra identidad y la razón de ser del Estado y sus instituciones.
Ahora, ¿El Estado conduce a la
sociedad o la sociedad al Estado?, creo que debemos caminar juntos, con nuevas reglas
para las nuevas realidades y eso implica ajustes e innovación política.
El reto no es fácil, el
compromiso es de todos, debemos romper paradigmas e inercias del pasado. La
madurez y sensatez, nos ayudarán a encontrar nuevas formas de gobierno. Para
transformar la realidad, primero debemos comprenderla.
No es sólo corrupción, falta
regeneración democrática.
Marco
Vinicio Flores Guerrero
*Presidente de Educar e Innovar para Progresar A.C.